Siempre he sido de hacer fotos, no es algo que me venga de la época «bloguera». Ya mucho antes de tener blog, redes sociales e incluso de tener hijas, ya me gustaba hacer fotos.
Cualquier evento que fuera reseñable, las excursiones, los cumpleaños, las fiestas… quedaban siempre para la posteridad gracias a mi cámara. Ni qué decir tiene los viajes…
No sé si es algo que me viene de familia o son aficiones que te vienen sin más. Recuerdo a mi padre hacernos fotos desde pequeños, sobre todo durante las vacaciones, y a mi madre hacer álbumes de fotos que hemos visto una y otra vez y que guardan un montón de fotos míticas de nuestra infancia.
Luego estudié Comunicación Audiovisual y allí me aficioné todavía más a la fotografía. Junto a mis dos mejores amigas de la facultad nos pasábamos las horas en el cuarto oscuro revelando fotos…
Me compré mi primera cámara réflex (analógica por supuesto) allá por el año 1999 con alguno de mis primeros sueldos de camarera. Fue una Nikon F601 y como me gustaba tantísimo eso de hacer fotos, me apunté a un curso fuera de la universidad de fotografía analógica y allí estuvimos todo un año aprendiendo todo tipo de técnicas, dentro y fuera de estudio.
Cuando terminé la universidad me fui a vivir a Chicago y allí comencé a ver las primeras cámaras digitales. Yo me resistía por completo a hacerme con una de ellas, siempre he sido una romántica y creía que el hecho de poder ver cómo quedaba la foto en el mismo momento en que disparabas, perdía su encanto. Así que seguí fiel a mi réflex durante todo el tiempo que estuve allí.
En EEUU me aficioné también al scrapbook y a hacer álbumes preciosos que se pudieran ver y tocar y volví a España con los recuerdos de todo un año bien resumidos en un solo álbum y sintiendo que en ese álbum estaba condensada la esencia de todo lo que allí viví.
Y hasta ahí, todo bien. 24 años de mi vida bien ordenados, más o menos, con las fotos justas, en papel y en álbumes.
Y luego llegó la era digital… y con ella el caos y poco a poco el despiporre fotográfico.
Al principio estaba todo más o menos bajo control, pero luego llegaron las niñas y el blog y todo se fue de madre.
Veía momentos para fotografiar a cada paso que daban y las fotos y los recuerdos iban acumulándose en discos duros sin remedio.
De seguir a ese ritmo, mis hijas iban a necesitar 2 vidas más para ver todas las fotos que les estaba haciendo.
Por eso decidí parar, dejar de fotografiar cada momento de sus vidas, para pasar a hacerlo con más control y poder así dedicarme a disfrutarlos mucho más. Y es que parece que no, pero a veces, por nuestra obsesión por sacar fotos de todo, se nos olvida que nos lo estamos perdiendo en cierto modo. Y yo disfruto mucho haciendo fotos y ellas lo saben y lo comparten, pero siempre y cuando no se abuse de ello. Podemos ver una foto preciosa en un determinado momento, cogemos la cámara, disparamos y cuando tenemos la foto, podemos bajar la cámara de nuevo y volver a lo que estábamos haciendo, sin necesidad de hacer 50 fotos de ese momento…
Hubo muchos puntos de inflexión hasta que llegué a la conclusión de que era necesario fotografiar menos, pero uno de los más importantes de todos fue el día que Lola, cuando estaba enseñándome orgullosa los trabajos del cole y me vio coger el móvil para hacer una foto, me lo apartó con la mano y me dijo :
«Pero mamá, ¡mírame! Pero no con la cámara, mírame con los ojos»
(o más bien «con loz ojoz» como dice ella).
Y eso me llegó al alma. No podría haberlo expresado mejor. No me mires con el móvil ni con la cámara, mírame con los ojos, con tus ojos mamá, porque puede parecer lo mismo pero no lo es…
Y que te lo tenga que decir tu hija de 4 años, manda narices. Que ella tenga más sentido común que tú, tiene delito.
Así que ese fue el primer día de mi nuevo yo. Ese que ama la fotografía, tanto como para no querer estar haciendo fotos todo el día. Ese que quiere recordar la infancia de sus hijas, tanto como para no querer tener una foto de cada preciso momento de la misma. Ese que quiere seguir contando historias, tanto como para no querer perdérselas.
Y sigo haciendo fotos, por supuesto, pero de forma más pausada y seleccionando más los momentos, sobre todo tratando de no interrumpir alguno especial con ellas. Esos espero que se encargue de capturarlos el padre… 😉 Me mantengo mucho más al margen, como espectadora, tratando de que ellas apenas se den cuenta. Se puede terminar el verano con un buen resumen de lo que han sido esas vacaciones sin necesidad de disparar cientos de fotos.
Mis recuerdos de infancia se resumen en unos cuantos álbumes que tienen mis padres en su casa y no siento que me falte ninguno. Que podría haber habido más, por supuesto, pero para mí siempre han sido esos, preciosos, felices, ni más ni menos.
Y veo ese conjunto de fotos, tangibles, abarcables, y tan míticas que pienso que eso es en realidad lo único que quiero para mis hijas. Que tengan su conjunto de fotos, ese que puedan ver una y otra vez y que les ayude a completar esos recuerdos de su infancia.
Y para ello tengo por un lado, que tratar de disparar menos, y por otro lado, obligarme a imprimir más y hacer álbumes de fotos porque me doy cuenta de que al final, las fotos que más ves y que más recuerdas son aquellas que has impreso en papel y que ves cada cierto tiempo o tienes por casa.
Se me pasó por la cabeza traerme este verano mi antigua Nikon F601 analógica para obligarme a fotografiar menos, pero decidí darme una oportunidad y confiar en mi fuerza de voluntad, y por ahora lo estamos consiguiendo… ¡aunque no quiero decir que sea fácil!
Me he hecho un propósito para estas vacaciones que comparto con vosotros por si queréis llevarlo a cabo: tener como mucho 3 fotos de cada día. Me permito la licencia de que habrá alguno que no haga ni una sola foto y en cambio otros que haga alguna más, pero la media tiene que ser esa, unas 3 fotos al día… Como si me llevara 3 carretes de 36 de los de antes….
Y al volver de las vacaciones ir directa a imprimirlas, sueltas o en un álbum, pero que estén impresas.
Hice la reflexión para ellas el verano pasado y por eso les di una cámara instantánea a cada una y un cuaderno de viaje, y se me olvidó ponerlo en práctica conmigo misma. Cuando leí ese post de nuevo me dije, ¿y por qué no te aplicas el cuento? Así que este verano, ¡aquí estoy! Proponiéndome seleccionar, buscar la foto, no disparar a lo loco, racionar y disfrutar más.
¡Ya me contaréis vuestra experiencia e impresiones sobre este tema!
Soy toda oídos.
Cuánta razón tiene Lola!!
Yo también estoy fotografiando mucho menos, hay días de los que no tengo fotos pero me cuesta.
Por un lado quiero que ellos puedan tener recuerdos de todo pero por otro lado me doy cuenta de que se los tienen que «fabricar» ellos, como hemos hecho todos.
Y por supuesto, me queda pendiente lo de imprimir más, ahora mismo estoy en ello, quiero fotos en papel y no tanta pantalla
Feliz verano!
Ellos van a tener sus recuerdos les hagamos fotos o no, solo que a nosotras nos hace ilusión que puedan tener fotos de todo eso que estamos viviendo con ellos, porque es muy guay 😉
Un besote
Bea tienes toda la razon, tienes millones de fotos, pero al final en el álbum solo vas a imprimir una parte mínima. Así que mejor disfrutar en vivo y en directo de la vida, aunque yo reconozco que al vivir fuera siempre hago fotos a los niños para compartirlos con mi familia y que vean como van cambiando.
Hay casos y casos, yo yo claro que sigo haciendo fotos, pero muchas menos. Es que tuve una época que era demasié…
Cuánta razón tiene Lola… qué grande es!
Justamente, el sábado, una de mis mejores amigas me dijo que gracias a lo que en su momento ella creía una pesadilla (o sea, yo) ahora tiene fotos de nuestra adolescencia-juventud. Me llegó al alma!
Por lo que a niñas se refiere, estoy totalmente de acuerdo contigo… no me considero una madre pesada con las fotos, pero aun así, sé que hay días que me paso. Creo que voy a poner en práctica eso que dices!
Un beso, Bea!
Muy buena idea. Yo tambien ando siempre con la cámara al cuello intentado mortalizar cada instante y hay veces que pienso me he perdido cosas.
Gracias por esta reflexión y feliz verano!
Hace una semana estuve en un concierto de Coldplay, y me sorprendió la cantidad de gente que se dedicó a grabar cada canción, imaginonquw para vivir la experiencia después desde su sofá. Tantos eran, que en un momento súper intenso del concierto, de repente, dejaron de tocar, y dijeron que por favor dejaran de grabar, que estaban ahí, sólo en ese momento. Es FOMO (fear of missing out), que nos tiene enganchados, como si cada momento, cada palabra, cada pensamiento, tuviéramos que guardarlo de una manera tangible, como si nuestra memoria no tuviera el mismo valor… no sé, se nos va de las manos la cantidad de estímulos que estamos dispuestos a soportar, aunque el ruido nos aparte del estar… no sé, yo, estoy tratando de buscar la manera de vivir sin tanto ruido… y paro, porque esto da para un café.
Un beso Bea!
Eso mismo me pasó a mí en uno de Passenger hace ya unos años, hablé de ello también en el blog, porque me pareció una verdad como una casa.
Yo la verdad es que desde que cambié el chip con las redes sociales, la verdad es que se vive la vida más relajada ;). Como bien dice tú, sin tanto ruido…
¡3 fotos al día! Eso si que me parece difícil… Nosotras empezamos a utilizar las cámaras de usar y tirar, para luego dar paso a las cámaras digitales compactas y probar todos sus botones. Es verdad que a diario, apenas utilizamos la cámara parahacer fotos, a no ser que lo necesitamos para un post, y tampoco es que saque muchas fotos con el móvil. Pero en vacaciones nos venimos arriba, y podemos ser un poco cansinas… Supongo que con hijos, eso se multiplica por mil. Mi mayor problema es tener sin editar miles de fotos de vacaciones, y sobre todo, no tener criterio suficiente para eñegir. Todas me valen, y eso no puede ser! Pero apuntamos tus consejos y a ver que pasa estas vacaciones…
Al final no lo cumplí (como era predecible) aunque lo cierto es que reduje considerablemente el número de fotos que solía hacer en verano… Y ya las tengo seleccionadas y editadas, así que feliz!
Qué grande Lola…
A mi me pasa igual, de los mayores tengo álbumes de fotos en papel pero de Luisa… ni uno! eso sí, en el ordenador debo tener tropecientasmi y sin ordenar…
Me parece muy buen propósito elde hacer menos fotos y disfrutar más del momento!
Bss
Yo igual. tengo que tirar hacia atrás y me da un poquito de pereza la verdad, jaja
Tienes mucha razón o más bien lola a mi me pasa, me encanta la fotografía pero no tengo control y a veces hago demasiadas, y después viene momento editar y cribar… Que me trae por la calle de la amargura. Es algo que lo pienso mucho porque no tengo tiempo, quizás si hiciera menos fotos sería más sencillo. Lo único bueno de mi pasión es que como tú siempre hice fotos, la única que las hacía, y ahora todos me agradecen que lleve la cámara para que tengan recuerdos.
Besotes
Lo mismo por aquí, todos agradecidos de mi locura fotográfica 😉
Hola Bea, lo que te ha dicho Lola a mí también me lo han dicho mi peque de cinco con palabras como, mamá, escúchame en vez de jugar con el móvil…y es que se nos ha ido un poco de madre todo esto. Y no sólo con las fotos, sino en general con todo, estamos tan pendientes de consumir, de estar al día de todas las noticias, de tener el último objeto de moda, de hacer los viajes más chulos, de preparar la comida más sana y rica a la vez y de organizar las fiestas más pinterest, que se nos ha olvidado todo lo demás…Así que en esto de la fotografía también nos toca reducir, minimizar y educar de nuevo nuestra mirada.
Muchas gracias por tu reflexión.
Un abrazo desde Múnich,
Amén, menos es más 😉
Lo de imprimir es fundamental. Yo soy mucho de imprimir pero como soy consciente de que la gente no lo hace, siempre imprimo copias para mí y para regalar a familia y amigos. Las fotos del móvil las imprimo a través de alguna aplicación en formatos divertidos, tipo polaroid o con bordes blancos para poner en la nevera o en el corcho del desapacho e irlas cambiando a menudo. Las de la cámara, para enmarcar o hacer álbumes.
Sobre lo de ponerse un límite, yo no he llegado a cuantificarlas pero sí que intento obligarme a tener sólo una de cada momento. Es decir, si disparo 5 veces porque no estoy segura de estar encuadrando o enfocando bien, luego revisar y elegir sólo una. Porque si no, como bien dices, acumulamos demasiado y casi que deja de aportar. Como todo, cuanto menos tenemos más se valora.
Un post muy chulo, Bea.
Feliz verano.
Yo eso como no lo haga en el momento, luego empiezo a acumular y es una locuraaaa.
Gracias!
Totalmente de acuerdo, no se podía expresar mejor.
Para eso yo uso un pequeño truco, y es coger las tarjetas antiguas de 500mb, que solo te permiten hacer 35 raw. Te obligas a seleccionar y disparar con mucho mas cuidado…jejeje
Me lo apunto Gregorio! Gracias!
Desde que tengo camaras digitales, cada vez tengo menos albums de fotos. Y ni te cuento desde que edito las fotos, el tiempo que antes invertia en hacer un album lo invierto en editar. Y ahora tengo fotones… en el ordenador
Yo llevo un tiempo pensando en eso. Como mi ordenador es una antigualla y va tan lento al editar, desde hace unos meses evito hacer fotos solo por no editarlas. Y no ha pasado nada, sigo teniendo los momentos importantes de mis hijas.
Y lo peor son los videos del movil. Los mejores los paso al ordenador y ya, ahi se quedan. Recuerdo que mi madre tenia dos o tres cintas de video, una ñoñeria, niños cantando o corriendo en vacaciones… Pues las tres cintas las habremos visto miles de veces.
Deberiamos hacer menos fotos y mas albums, que es lo que ven más veces.
El otro día estuve en un concierto y la gente ya no escucha, lo grabar todo para compartirlo, para tener likes… Y para darme cuenta de eso se me tuvo que gastar la bateria del movil. Estaba utilizando mi 1% de bateria en grabar el movil de delante grabando
Pues eso, menos es mas. Menos proyectos 365/52 etc. y más disfrute, más fotos en papel y más recuerdos factibles y más momentos en familia.
Lo peor de los conciertos, es que grabas un montón porque te parece un momento, pero luego no los ves nunca!! Otra de las cosas que ya aprendí también:en los conciertos, se graba un trocito de tu canción favorita como mucho y listo, jaja.
Si es que los niños ven las cosas muchas veces más fácil y directamente que nosotros.
Yo no sé hacer fotografías en condiciones, y muchas veces «me enfado» por querer capturar un momento y que no me salga… Y otras, por no haberme decidido a sacar el móvil por pereza. En cualquier caso, creo que llevas mucha razón con eso de 3 fotos al día, ¡más que suficiente!, pero tengo una pregunta: ¿3 «decentes», o 3 después de deshacerte de no se cuantas? Que sabemos que no es lo mismo 😉
Gracias por tu reflexión. Me has recordado también que tengo que hacer mi álbum de 2015, que sólo tengo una preselección. A ver si me pongo con él ahora en vacaciones.
En mi caso tengo que controlarme porque veo fotos por todos lados, así que he aprendido a dejarlas pasar, que no te creas que es fácil!
Me encanta la idea y la sensatez. Club de fanz de Lola ziempre!!
Gracias^^
Ziempre!
Totalmente de acuerdo; nos estamos volviendo locos, en los conciertos es horrible!! tengo el disco duro que no me cabe más……..de este verano no pasa que las imprima, y los vídeos hago uno por año con sus audiciones, fines de curso e intercalo fotos que me gustan de ese año, pero me quedan dos años atrás …..ahora yo también intento hacer menos y vivir los momentos y me siento mucho mejor, un beso Bea y feliz verano.
Lo mismito por aquí…
Yo tambien he sido siempre la fotógrafa pseudooficial de los eventos familiares, eso si, me hice con un cámara digital de las primeras y he cambiado ya como 7 veces de cámara, porque yo ya consumia los carretes como si fueran gratis!
Desde siempre he sido ordenada con el tema fotos, así que las descargo cada vez que uelvo de un viaje o evento en una carpeta dentrio del mes correspondiente y con un título bien identificativo para cuando me toque buscarlas («Viaje a …» o «4o Cumple de…»). Por si te sirve la idea, yo suelo imprimir un álbum por año, y ene ese álbum concentro todo: desde los pequeños momentos en casa hasta los grandes viajes. Hay gente que hace los álbums por temas y entonces no terminas nunca: uno para cada viaje, uno para cada cumple, uno para cada fin de curso…. No terminariamos nunca!! (a parte de que sale carisimo).
En cuanto a tu propuesta, creo que me seria imposible hacer solo tres fotos al dia (una vez pasadas al ordenador suelo descartar algunas. pero hay series de fotos que vale la pena conservar, como cuando los peques ponen caras, tienen una sorpresa, etc), pero sí que me obliga mucho a escogerlas bien el hecho de hacer el álbum anual y poder poner solo un numero determinado de páginas.
Estoy totalmente de acuerdo con que hay que imprimir i ver los álbumes, para mi también es la manera de conservar la memoria y recuperar sensaciones con un solo vistazo!
Eso mismo pensaba yo, que hacer uno de cada viaje puede ser too much, así que creo que yo también concentraré en uno todo un año. Bueno o verano por un lado y luego el resto del año, que en verano siempre hay más.
Un beso Rosa!
Esa frase de Lola es BRUTAL, APLASTANTE, mejor que cualquier libro de autoayuda y resume lo que sienten nuestros peques cuando estamos con ellos pero sin estar.
Gracias por este post!
Así es, Lola es nuestra psicóloga particular, jaja.
pues me da que estamos todas en lo mismo, menos fotos de todo (nada) y más álbumes en el salón… ¡seguro que lo conseguimos! bss!
A por ello!
No podria estar más de acuerdo..y un MEA CULPA inmenso tb, porque como aficionada a la fotografia y a querer recordar cada instante, reconozco que a veces se nos va un poco la mano…jejej lo de 3 fotos al dia me parece imposible!!! como haciamos cuando teniamos la camara con carrete!???por lo pronto, tengo el proposito de imprimir más, algo que hago bastante, pero que tendria que ser más ordenado…asi que gracias por este post con un toque de «llamado de advertencia» que necesitaba!
un besote y que disfrutes de tu verano!
Flor
Nunca es tarde Flor!
Muy inspiradora tu reflexión Bea….es verdad que los niños con pocas palabras te clavan….pero también te despiertan, porque muchas veces nos complicamos demasiado la vida 🙂
Creo que de la mirada de un niño siempre podemos aprender, como decía Ana María Matute «somos lo que queda de un niño» solo tenemos que recuperar esa forma de ver.
Así que ¡grande Lola!
Un abrazo
y feliz verano!
Suerte que contamos con ellos y con sus toques de atención ;D
Me ha gustado mucho tu post.
Hacer fotos es precioso, por el momento que captas y por el recuerdo que te queda. Pero, no hay comparación con el mirar con los ojos. (¡Qué grande Lola!)
Yo me he dado cuenta de que se puede tener todo, pero que sus momentos, no deben interrumpirse 😉
Que nota más linda y cierta, Bea!
Soy de Argentina y vivo en Noruega hace unos cinco años, sigo tu blog porque me gusta mucho 🙂
También tengo dos hijos pequeños, y me gusta sacar fotos. Al mismo tiempo creo que el poder del momento es superior a cualquier foto que podamos sacar, siempre la mejor foto es la que tomamos con el alma.
Gracias por tu generosidad de compartir!
Saludos desde Oslo
Qué bonito Magali! Me ha encantado. Esa frase me la guardo. Un besado desde Madrid
Cuanta razón tienes, parece que se nos va la vida con las fotos.Yo me di cuenta en las primeras actuaciones de los peques en la guardería o en el cole. Me apetecía tanto tenerlas grabadas que al final les veía actuar a través de una cámara…
Qué razón tiene tu hija!!!
Si intento hacer pocas fotos y disfrutar del momento, es algo que afecta a nuestros hijos, pero también en general porque ves gente en todos los ámbitos intentando capturar momentos sin disfrutar del momento.
Por esta razón tengo muchos momentos no inmortalizados, pero estarán en mi retina para siempre 🙂