Cuantas veces habremos repetido eso de «parece que habla en chino» cuando oimos a nuestros niños hablar o balbucear.
Pero… ¿os imagináis que lo hicieran de verdad? ¿Os imagináis que nuestros niños crecieran aprendiendo chino con la misma facilidad que aprenden a hablar o a leer?
Yo sí, al fin y al cabo es el idioma más hablado del mundo ;).
Hace unos años quise ponerme a estudiarlo, pero me parecía demasiado complejo para empezar a estas alturas. En cambio, aprovechando que los niños absorben todo como esponjas, me encantaría que Martina creciera aprendiendo chino. Estoy segura de que le será de gran ayuda cuando sea más mayor, ademas de aprender muchas cosas sobre una cultura tan diferente a la nuestra.

Por eso la propuesta de Enjoy Mandarin me atrajo desde el principio.
Enjoy Mandarin propone que los niños aprendan chino a través de compañeras de juego y cuidadoras chinas. De esta manera conviven con una persona que además de cuidar de ellos, les habla el idioma y lo aprenden de forma totalmente natural. Es una buena manera de que aprovechen el tiempo…
Raquel Rubio, su fundadora, se planteó el proyecto a partir de su propia experiencia. Ella contrató a Xiaojuan Liu, una ingeniero técnica y licenciada en turismo, que estudiaba en Madrid por las mañanas y cuidaba de su hijo Matías por las tardes. El camino hasta llegar a ella no fue fácil y mucha gente se interesó por su decisión. Asi que decidió comenzar Enjoy Mandarin, junto a Xiaojuan, quien es hoy su socia.
El proceso es sencillo, les cuentas detalladamente tu situación y tus necesidades y ellos se encargan de buscar a la persona adecuada. «Formamos a las chicas en nuestro método, mi socia Xiaojuan hace un exhaustivo seguimiento de la chica (durante los dos primeros meses hablan semanalmente) y de los progresos de los niños en el mandarín (puede ir a realizar alguna tutoría). Con la contratación entregamos un pack de bienvenida con material que ayudará a la compañera de juegos a interactuar con los niños», me cuenta Raquel.
Ah! Y funcionan para toda España…
Raquel tiene anécdotas muy divertidas: «los chinos generalmente se dirigen a las personas, no por el nombre, sino por el grado de parentesco que les correspondería. Por ejemplo, si ven a un niño más pequeño lo llaman «di di» (hermano pequeño) y si ven a uno mayor lo llaman «ge ge» (hermano mayor). Te puedes imaginar la cantidad de veces que ha llamado a una mujer de mediana edad «nai nai» (abuela) y desde luego no hemos traducido lo que decía nuestro hijo.»
Me parece emocionante ver como un niño aprende un idioma y una cultura tan distinta a la nuestra con tanta facilidad. Es algo, que sin duda, espero poder ofrecerle a Martina algún día no muy lejano. ¡Me gustaría tanto!
Yo fui au-pair en Chicago hace unos 6 años. Conviví con dos familias y de ambas guardo grandísimos recuerdos. Mis niños de la primera (Bridgette, Maddie y Dylan), de hecho, tenían rasgos orientales, ya que su madre era china y su padre americano.
Juntos vivimos unos meses inolvidables, tanto para mi como para ellos. Creo que es una experiencia muy enriquecedora en todos los sentidos. A los niños les ayuda a convivir con una persona de una cultura diferente, que les enseña cosas diferentes y les abre la puerta a un mundo también diferente para ellos…
La oferta de Enjoy Mandarín también incluye clases particulares, talleres lúdicos y campamentos de verano tanto en España como en China.
Van a formar playgroups con bebés a partir de 18 meses y sus mamás. «Los horarios serán de 10,30 a 12 y de 12 a 13,30. Un grupo de 3 a 5 años (máx 6 niños) y otro grupo de 6 a 9 años (máx 10 niños). En ambos casos además de reforzar el idioma queremos introducirlos en la cultura china (representando sus costumbres, fiestas, etc). Mezclaremos niños españoles con niños de la comunidad china en Madrid.»
Una oferta diferente e interesante para que nuestros niños crezcan aprendiendo un idioma fascinante.
Enhorabuena Raquel y Xiaojuan, ¡me encanta vuestra propuesta! Espero poder llamaros pronto…
A ver lo que dicen las «Fortune cookies»… 😉

Yo quiero aprender chino! Creo que Leo ya lo habla … No para de decir «di-di» para todo, aunque sobretodo lo utiliza para pedir un yogurt (casi como su hermano pequeño)
¡Hola! ¡Qué interesante! Hace unos años, empecé a ir a clases de chino, pero la profesora era muy dura y no le gustaba dar clases, así que la mitad de los estudiantes habíamos dejado el curso al cabo de un par de meses. Esta propuesta que comentas me parece increíble y seguro que esos niños sí que podrán pronunciar cosas que para mí eran totalmente imposibles. El chino me parece complicadísimo por la pronunciación y la escritura, pero es realmente fascinante.
Como siempre tus entradas fascinantes, acabo de leer las últimas que no había visto. Entiendo a esa chica de Bali, también leí tu blog en un periquete porque engancha.
Lo de la estantería con cajas de frutas ya lo había visto en otra ocasión, me fastidia cuando de la frutería tiran tantas cajas, me encanta como te quedo, es inspirador.
Y en cuanto al chino, me parece una buen iniciativa, aunque antes me atraen más otros idiomas para que Celia aprenda: gallego, inglés, francés. 🙂
Besos.